7.1.09

Nanomateriales a precios populares

Investigadores australianos diseñan un nuevo método para obtener grandes cantidades de grafeno.

¿Hay algo más duro que el diamante? La respuesta es sí, aunque para tranquilizar a quienes siempre pensaron lo contrario hay que decir que se trata de un pariente cercano: el grafeno. Este material consiste en una lámina de carbono de espesor atómico, es decir, una estructura plana en la que cada átomo de carbono se une a otros tres formando una malla hexagonal, como la de un panal. De hecho, estas láminas son el constituyente básico del grafito (la mina de los lápices) y de los nanotubos (ya comentados en otro artículo de A Ciencia Cierta), pero también podrían considerarse como el caso límite de la familia de los hidrocarburos aromáticos policíclicos.



Descubierto hace unos pocos años, el grafeno podría tener múltiples aplicaciones en la fabricación de diversos dispositivos electrónicos, pero hasta ahora sólo se podía obtener en cantidades pequeñísimas con costes muy altos. Este hecho hace que sea especialmente relevante una investigación recién publicada en la revista Nature Nanotechnology. En ella, John Stride y su equipo de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia) demuestran que es posible producirlo a gran escala. Para ello basta con hacer reaccionar etanol y sodio. Tras calentar el producto intermedio, se obtienen unas láminas de grafeno que después se pueden separar mediante un tratamiento suave con ultrasonidos.

Es muy frecuente oír hablar de las excelentes propiedades de tal o cual material así como de sus muy prometedoras aplicaciones. Sin embargo, lo difícil suele ser generar esos nanomateriales en cantidades que no sean tan "nano" y, por supuesto, a precios "micro".

José Ramón Isasi
Departamento de Química y Edafología de la Universidad de Navarra

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